En el aula, cada estudiante es diferente: tiene su propio ritmo, intereses y manera de aprender. Por eso, en nuestro colegio trabajamos día a día para que todas las niñas y niños se sientan comprendidos, valorados y acompañados.

La atención a la diversidad nos invita a mirar más allá de los resultados y centrarnos en las personas, ofreciendo oportunidades para que cada uno desarrolle sus talentos y potencial.

Educar en la diversidad significa fomentar el respeto, la empatía y la colaboración, construyendo una escuela donde todos aprendemos de todos.

Porque la verdadera inclusión se vive cuando cada estudiante puede ser él mismo y brillar con su propia luz.