La integración escolar surge en los países más desarrollados como consecuencia del principio de «normalización». Ha tenido una aceptación universal, en gran medida porque refrenda el derecho constitucional reconocido por todos los países a la no discriminación por causa de la capacidad. Cuando el principio de normalización se aplica al derecho a la escolaridad sin discriminación, surge la integración escolar. No arranca entonces de argumentaciones educativas, sino sociales, de derechos básicos de la persona.

Los argumentos educativos a favor de la integración son también poderosos. El objetivo que se persigue es que tanto los niños con necesidades educativas especiales como los demás desarrollen  habilidades y conductas de intensa relación, es decir, que aprendan a convivir desde la edad infantil y desde la escuela.

Para que la integración sea posible se necesita introducir modificaciones tanto en los procedimientos de enseñanza, como en las formas organizativas del aula, nivel, ciclo, etapa y centro.